lunes, 30 de abril de 2012

Disrupción en la industria musical

Es incuestionable que el mundo de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC) ha producido numerosos cambios en algunos sectores como son el comercio, las noticias o los libros.

Una de estas transformaciones, al igual que ha sucedido en el resto de industrias de contenidos, también ha tenido lugar  en el mundo de la música digital. Esta inevitable disrupción tecnológica se ha debido a factores tales como Internet o los nuevos formatos de almacenamiento de la música.


Hasta hace no demasiados años la música sólo se podía escuchar a través de la radio o complejos transistores que no posibilitaban la grabación de los contenidos y su posterior reproducción. Más tarde, con la aparición de los vinilos la música comenzó a hacerse accesible a más público. La evolución tecnológica dio lugar a la aparición de otros formatos que fueron dejando obsoletos los primeros discos musicales. Esto fue lo que sucedió con las cintas y más tarde con los discos compactos (CD), que a pesar de seguir en uso se están viendo desplazados por los distintos soportes digitales como el formato MP3, que por extraño que parezca ya tiene más de 10 años de historia.
La unión del formato MP3 junto con Internet ha facilitado que el intercambio de archivos digitales sea posible a través de redes P2P directamente entre los usuarios de todo el mundo. Napster fue uno de los ejemplos más claros de estos servicios y que fue uno de los detonadores de la explosión. Además, la piratería aceleró la necesidad de realizar algunos cambios. Todo esto ha introducido una nueva forma de entender la industria de la música.
Para hacer frente a estos cambios la industria de la música trata de reinventarse y transformarse buscando estrategias que permitan frenar la alarmante caída en las ventas. Algunas de las medidas propuestas pasaban por poner la música al alcance de cualquiera previo paso por caja, bien sea mediante suscripciones periódicas o pagando por cada canción. Otras alternativas pasaban por la autodistribución llevado a la práctica por Radiohead, lo cual preocupa bastante a las compañías discográficas que serían las más afectadas.

Sin embargo, el actor principal en este cambio resultó ser un extraño del sector de la música. Nadie podía esperar que Apple, una empresa dedicada al negocio de los ordenadores, pudiera revolucionar el mercado con el iTunes Music Store. El usuario pagaba por las canciones que quería y a un precio considerablemente más reducido.
Al hilo de este negocio surgió Spotify, empresa sueca, que permite a los usuarios reproducir música vía streaming en la mayoría de sistemas operativos tanto móviles como de ordenador. El sistema te permite escuchar y comprar temas musicales por artista, álbum o listas de reproducción creadas por otros usuarios, existiendo tres tipo de cuentas una de ellas previo pago y las otras dos gratuitas.



Cómo evolucionará la industria musical es algo que iremos viendo con el tiempo, pero es indudable que todo pasa por el acercamiento de la música a los internautas.  

sábado, 21 de abril de 2012

La nacionalización de YPF

Esta semana pasada, el gobierno argentino expropió el 51 % del patrimonio de la petrolera YPF, filial de la compañia española Repsol en Argentina.



Parece del todo injustificable la nacionalización de YPF, sin embargo, una vez que esta decisión se hace irreversible, cabe analizar las reacciones que han tenido los distintos actores en este proceso.
¿Han sido suficientemente claras las posturas y sobre todo las medidas que van a establecer los distintos organismos internacionales como la OCDE, la Comisión Europea o países tales como EEUU?
Esta situación, evidentemente, no favorece en nada a Argentina, pero ¿cómo afectará esta imagen al resto de países de América Latina?, ¿qué posición tomarán países como Brasil que tienen intereses en ambos mercados? ¿Se producirá una división entre los propios empresarios argentinos?
Lo que en principio parece más importante es saber cuando Argentina será un país fiable en el que se puede contar con una estabilidad política que me permita a las empresas invertir en el país.